miércoles, 7 de diciembre de 2011

Cómo echar a tus posibles clientes

¿A alguien se le ocurriría que si entras en un bar, por ejemplo, donde sólo hay otro cliente, el camarero no sólo te pusiera mala cara al entrar si no que te echara en cara no entrar cantando el himno del equipo favorito del dueño? Seguro que la reacción automática sería decir anda y que te den y largarse del local, cosa que no le vendría nada bien al dueño ni, si no es la misma persona, al camarero.

Pues bien, eso en las iglesias sí puede pasar. Puedes entrar en una iglesia sin ser católico porque conoces a alguien que sí lo es y, por hacer un favor, quieres llevarle un recuerdo... por mucho que pienses que ese edificio podría tener usos mucho mejores que tomar el pelo a la gente. Y puedes encontrarte a un imbécil con sotana que, sin preguntar si eres o no creyente, te diga que te arrodilles ante el altar. Personalmente, ya que no me gusta faltar al respeto, me he ido de ese recinto de la estupidez, ya que mi otra opción era soltar un rebuzno equivalente al recibido, cosa que no me atrae cuando la solución es tan fácil como pasar de quien está ahí y que se pudra con su estupidez.

Pero después, pensando en el tema, uno se plantea ¿así quieren atraer gente a la iglesia? ¿faltando al respeto a quien entra en un lugar que según ellos es la casa de todos? Lo suyo hubiera sido que, no sabiendo para empezar ni si sé castellano, se hubiera intentado comunicar conmigo con tranquilidad y, quizás, haberme tratado de convencer de lo bien que se está en la iglesia, en lugar de conseguir cabrearme en menos de 30 segundos a base de arrogancia y estrechez de miras.

Por cierto, el ejemplo del bar era porque en todo el recinto sólo había una clienta rezando.

 P.S.: Me encantaría que, cuando tengan que cerrar esa iglesia porque ya no hay clientes lo manden a otra a seguir con su obra. A ver si así cierra el chiringuito de una vez.

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