sábado, 1 de marzo de 2014

España y el ejemplo de la familia

Mucho se escribe sobre la unidad de España. Se ponen paralelismos, comparaciones, ejemplos de lo bien que funcionan otros países, … Pero una comparación bastante habitual y, desde mi punto de vista, algo tramposa, es la de comparar un país con una familia, usando los argumentos habituales:
  • Hay que ayudarse entre todos
  • Hay que aportar a los gastos de la casa
  • Si te vas de la casa no te puedes llevar tu habitación
Vamos por partes:
  • Estoy totalmente de acuerdo en que hay que ayudarse entre todos, pero eso es algo que no es exclusivo de un estado. Lo lógico, incluso por egoísmo, es que nos ayudemos entre todos, a cualquier nivel, sea como personas, como especie o cualquier punto intermedio. Y digo por egoísmo porque si a los de tu alrededor les va bien seguro que mejora en algo tu situación. El ejemplo más claro se da en los barrios marginales: si hay menos pobreza y más cultura, hay menos delincuencia.
  • En cuanto a lo de pagar los gastos de la casa, es otra obviedad: si estás haciendo un gasto en donde vives es normal que tengas que cubrir tu parte del gasto. El problema viene cuando alguna parte de la familia tiene que cubrir más de lo que le toca porque otra parte no quiere cubrir la suya. Ojo, no me refiero a lo habitual de que una comunidad autónoma pague más proporción de los gastos del estado y otra pague menos de lo que debería. Normalmente eso pasa porque la que paga menos no tiene para pagar más (alta tasa de paro, por ejemplo). Me refiero a que si, siguiendo el ejemplo, los hijos se tienen que hacer cargo de los gastos y el padre no para de irse de juerga es normal que los hijos se enfaden y decidan que sin su padre por medio vivirían mejor. 
    Ojo, que igual el padre no se va de juerga y sólo parece que lo hace, pero entonces es culpa del padre por no explicarse (contabilidad y balanzas de pago no públicas a pesar de ser de un ente público). Este problema en realidad no es exclusivo del gobierno central si no que suele ser del “escalón superior” hacia el “escalón inferior”.
  • Este punto es el más fácil de rebatir, ya que sí se puede “llevar” la habitación, incluso en la realidad. Basta con tabicar o poner un cerrojo a la puerta que da a la casa y abrir otra puerta a la calle por otro lado (si es una habitación física, depende de la ubicación y la estructuración de la casa y de la habitación. En el caso de una CA, no es necesario ni eso). Otra cosa es el encaje legal (escisión si es una CA, cambio de titularidad en caso de una habitación).
Normalmente cuando se hacen comparaciones se elige la que encaja de pasada con los puntos que uno quiere resaltar, pero eso no significa que sea una buena comparación.

El problema es que si a un miembro de una familia se le obliga a permanecer en contra de su voluntad en la casa se considera secuestro. Si a una parte de un país se le obliga a permanecer en el país se considera que esa parte es una “malvada secesionista”. En ambas situaciones, la única manera razonable de enfrentarse al problema es dialogando entre quien/es quiere/n irse y quien/es quiere/n que se quede/n.

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