lunes, 2 de mayo de 2011

Humanos mejorados (II)

(Segunda parte del relato muy corto que se me ocurrió hace un cierto tiempo. Si alguien lo quiere usar como base para una historia, suyo es)

Año 2X60

- Ya no hay quien pasee tranquilo por la calle.

- ¿Qué te pasa?

- Pues que un poco más y me aplasta una panda de implantados. Se estaban arreando entre ellos y casi me lanzan un coche encima.

- ¿Un coche?... ¿Dónde estabas para que hubiera un coche? Desde que metieron la mejora aquella a las piernas, la de hacerlas casi inagotables, creía que ya nadie los usaba.

- Pues se ve que alguien le debía tener cariño. No se, igual era un recuerdo del abuelo o algo así. La cosa es que ya no creo que le tenga tanto cariño a lo que ha quedado. No veas el leñazo.

- Una lástima, ahora que me habían entrado ganas de ver una antigualla de esas...

- Ya, además era guapo. Pero esos desgraciados ya no respetan nada. Desde que están recubiertos de kevlar y con los superimplantes esos... más parecen tanques que personas.

- Ja ¿Te refieres al cerebro?

- Eso, tómatelo a cachondeo, pero hace años que no veo un comercio abierto sin tener un par de cañones gordos a la entrada. Ni los de chucherías se libran.

- ¿Y para qué? Si de todas maneras ya casi nadie compra. No ves que con los "maravillosos" sustitutos del estómago y de la lengua ya no importa si te comes una mierda o un pavo. Te da el sabor que quieres, no de lo que comes. Como si te bebes un vaso de agua.

- Ves, eso sí tendría algo más de sabor. Sobretodo porque se están cargando las calles hasta las cañerías con sus peleas.

- ¿Recuerdas cuando aún se tenían que esconder, al menos un poco, para que no los parara la policía?

- Ahora para pararlos como no les tiren la comisaría encima lo llevan crudo. Eso si no se han cargado ya la comisaría, claro.

- Asco de mundo nos ha tocado.

- Sí. Bueno, al menos tenemos los implantes para no tener que ir en silla de ruedas ¿Las recuerdas?

- Creo recordar algo. Mi abuela tuvo una. Menos mal que este modelo de piernas ha salido bueno. No me podría permitir otro par con la pensión que tengo.

- Ni yo, compañero, ni yo.

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